Por qué el arte es fundamental para el desarrollo humano, social y económico

¿Es fundamental el arte para el desarrollo humana, social y económico?

  • Si
  • No
  • Depende

Empecemos por verlo por la parte humana y social y concluir por la parte económica.

Yo creo que el arte es fundamental al desarrollo humano y social porque todos nacemos artistas. Simplemente ve a niños y niñas en preescolar. Curiosos, inquietos, con ganas de descubrir, crear y compartir. Sólo para que después hagamos todo para matar su iniciativa, apagarlos y hacerles conformar.

El arte es una capacidad humana que ha sido, es y será básica para el desarrollo de nuestra especie y nuestra sociedad. Es lo que nos permite darle un sentido trascendente a los acontecimientos de la vida diaria. En él desarrollamos  nuestra facultad para sentir, plasmar, comunicar e inspirar a otros.

Hoy, más que nunca requerimos del arte y del espíritu artístico para revindicar nuestra esencia. Porque es precisamente a través del arte que podemos rencausar el quehacer humano para evolucionar de un pensamiento mecánico cerrado a una visión de vida más abierta e incluyente.

En cierta forma desde la revolución industrial se ha minimizado el valor del arte. Hemos sido condicionados a verlo como algo frívolo y superficial y no como una calidad y destreza que desarrolla lo mejor en nosotros mismos y que tiene la capacidad de impulsar a la sociedad a ser más justa y proactiva.

Detengámonos un momento para recordar como el arte ha jugado en papel fundamental en la historia de nuestra especie viendo algunas de las primeras muestras de civilización que se manifestaron a través de la pintura.

Recordemos las extraordinarias pinturas encontradas por Jean-Marie Chauvet en las cuevas en Ardéche Francia en el año 1994 que demuestran como ya hace 30,000 años nuestros antepasados estaban pintando, esculpiendo, creando joyería y posiblemente hasta componiendo música.

O que podemos decir de la maravillosa Capilla Sixtina cavernícola en las cuevas de Lascaux que encontraron cuatro adolecentes en 1940. Una verdadera obra maestra que data de hace 17,000 años, que consiste de cientos de pinturas figurativa y abstracta que adornan las paredes y techos de la cueva, haciendo un tributo a la vida, al captar el alma de su entorno.

Y finalmente hace apenas 5,000 años nace la escritura y con ella la posibilidad de plasmar la expresión biográfica de creaturas profundamente curiosas e inquietas que se maravillan ante la vida y su recién adquirida conciencia de su propia fragilidad y grandeza.

Sin duda, el arte en nuestra historia no es frívolo ni superficial. No, el arte surge como una capacidad humana que nos ofrece un extraordinario instrumento de comunicación que infunde poderosas emociones para construir y organizar una sociedad a través de la pintura, el baile, la música y la poesía.

Pero igualmente importante, el arte se convierte en una forma de explorar nuestra propia mente y la de los demás. Y nos enseña aspectos específicos de la vida dotándonos de una extraordinaria herramienta para establecer y ejercer juicio moral.

Traslademos esto al momento actual y al mundo de los negocios. Hoy cuando le hemos extraído casi hasta la última gota a la eficiencia de los procesos, el pensamiento artístico, esa capacidad de encontrar nuevas relaciones entre cosas existentes, adquiere una importancia sin precedentes.

El arte tiene la virtud de desarrollar todo nuestro ser. Utiliza la capacidad analítica y racional del hemisferio izquierda de nuestra mente, aunado a la sensibilidad y emociones del hemisferio derecho. Combinación indispensables para forma personas equilibradas, generosas y propositivas capaces de asumir responsabilidad y contagiar a otros a colaborar.

Y es por eso que es fundamental acelerar la enseñanza de arte en todos los ámbitos del quehacer humano. Desde la escuela hasta la oficina y el gobierno. Hay que desarrollar la iniciativa y creatividad en nuestros niños y recuperar esta facultad en nuestros jóvenes y adultos.

Me gustaría concluir haciendo un llamado a los jóvenes que están considerando perseguir una carreras técnicas.  Quiero que tomen en cuenta que la mayoría de las destrezas técnicas se están sistematizado. Esto es las máquinas están substituyendo  al ser humano en la duplicación de procesos rutinarios.

Yo vislumbro que en los años por venir veremos cómo contadores, abogados e incluso algunos médicos son desplazados por máquinas que integran balances,  elaboran contratos y realizan diagnósticos mejor que nosotros. Sin embargo, no veo que las maquinas van a poder desplazar nuestra capacidad humana, nuestro arte de conectar y añadir valor.

Hoy,  lo que están demandando las empresas son personas con el desarrollo de capacidades tácitas como buen juicio, poder resolver problemas, saber escuchar, analizar  datos, comunicar, y colaborar, aunadas a capacidades cognitivas como tener una actitud positiva, ser auto motivado, con buenos hábitos, una vida equilibrada, y principios universales. Destrezas que en la actualidad son bienes escasos y que por lo tanto muy bien cotizado.

Aquí está la liga al audio del programa transmitido el 23 de marzo 2011

 

Neurociencia, conciencia y responsabilidad

En este podcast analiza los últimos avances en neurociencia y cómo un cerebro construye una mente y como una mente crea conciencia, y la responsabilidad que tenemos como seres conscientes para asumir nuestro rol de cocreadores, protectores y albaceas de la naturaleza.

Aquí está la liga al audio del programa transmitido el 9 de marzo 2011

Transcripción

Pregunta: ¿Quién tiene más neuronas y sinapsis en su cerebro?

  • El hombre
  • La mujer
  • Los dos tenemos igual

Respuesta: El hombre tiene 4% más de neuronas que las mujeres. Sin embargo, la mujer tiene más sinapsis que el hombre, esto es conexiones entre neuronas, que es lo que potencia la capacidad cerebral.

Estamos ante una nueva frontera, que nos depara fascinantes hallazgos en los próximos años. Se llama la neurociencia y se ha dado a la tarea de descifrar cómo un cerebro construye una mente y como una mente crea conciencia.

Hasta el momento entendemos que el organismo crea lo que llamamos mente a través de la actividad de células especiales  llamadas neuronas. Nuestro cerebro posee cien mil millones de ellas, conectada entre si por billones  de sinapsis que transmiten información a 320 kilómetros por hora. Esta información se capta a través de los sentidos y las terminaciones nerviosas y es transformada por las neuronas en mapas mentales que disparan emociones y pensamientos.

A diferencia de las emociones, el pensamiento es una facultad muy reciente. Se estima que apenas tiene unos 100,000 años, y que aparece cuando el cerebro crea lenguaje, y nos damos cuenta que existe la mente. Y con ello la conciencia de nosotros mismos, y la creación del ego que engendra una cualidad poco afortunada, la arrogancia.

Y digo que la arrogancia del ego es una cualidad poco afortunada, porque en términos absolutos, la mente consciente no es indispensable para la vida. ¡Qué cachetada al ego, no crees! Pero es la verdad.

Detengámonos un momento para pensar en la maravillosa mariposa monarca que vuela cada años de Canadá a México.  ¿Cómo lo hace? Este insecto no tiene una mente consciente que razona y mapea diferentes posibilidades como nosotros. Sin embargo, todo apunta a que posee una facultad y una sabiduría que podríamos argumentar es mucho más profunda;  3,800 millones de años de conciencia evolutiva que la guía en su travesía de 4,500 kilómetros.

Imagínate este pequeño insecto que pesa menos de medio gramo vuela 120 kilómetros por día durante 33 días. Despega cada mañana a las 9:30 y vuela ocho horas a 100 metros de altura, para aprovechar los vientos del norte, mientras aplica un sofisticado sistema de navegación que contempla al altura del sol, el análisis de la luz y la orientación hacia el sur para guiarse a su destino.

Detente un momento a reflexionar sobre el maravilloso regalo le ha hecho la naturaleza a la Monarca, y  a ti y a mi. Todas las creaturas venimos programados con el mismo chip del éxito que posee la mariposa monarca. Al igual que ella, tú y yo somos capaces de echar mano de un instinto nato producto de 3,800 millones de año de evolución que funciona.

Por eso es importante adentrarnos el la nueva neurociencia que está mapeando los procesos de evolución de la mente. Una experiencia que nos llena de sabiduría y de humildad. De una forma muy simplista podemos decir que en nuestra cabeza tenemos tres mentes interrelacionadas: la reptil, la límbica y la neocorteza. Y que cada una ha venido evolucionando y creciendo sobre la otra hasta llegar al estado de conciencia humana que tenemos hoy.

¿Entonces donde estamos?

Pues resulta que mucho de lo que hoy se está explicando por la neurociencia en cierta forma ya se había intuido hace seis mil años cuando diferentes personajes alrededor del mundo empezaron a penetrar en la conciencia. Al invocar su chip del éxito evolutivo, se dieron cuenta que la mente nos había dotado de una capacidad para modificar nuestro entorno y que eso nos convertía en cocreadores con las fuerzas naturales y que requeríamos de principios morales para regular nuestros instintos primarios y egoístas para incrustarnos exitosamente en la evolución de la vida sobre el planeta tierra.  Se dieron cuenta que con gran poder, venía gran responsabilidad.

Hoy la neurociencia ha mapeado nuestra mente y ha descubierto que en el centro de nuestro cerebro radica lo que llaman la mente reptil. Un centro de comando que compartimos con todas las creaturas de la tierra. Aquí radican los cuatro instintos de supervivencia que conforman la base de la pirámide de la vida: comer, pelear, huir y reproducirse. Instintos que sirvieron bien a nuestros antepasados, pero que hoy, con el desarrollo de una mente “inteligente” se tornan un nefastos consejeros.

Piensa en la guerra que es básicamente una respuesta “inteligente” a nuestros instintos de pelear, alimentarnos y reproducirnos. Cómo toma lo más feo de nosotros y lo transforma en un capacidad sin precedentes para destruir. Cómo un estado se impone sobre otro para agandallar sus riquezas, matar sus hombres y violar a sus mujeres.   Hoy, cuando podemos crear máquinas de destrucción masiva estas manifestaciones de barbarea son un acto de franca locura.

Por eso hago un llamado a la coherencia. A recordar lo que los grandes pensadores de hace seis mil años intuyeron y lo que hoy la neurociencia revela. La naturaleza nos ha dotado de conciencia para contrarrestar el poder destructiva que surge de una inteligencia que si no es controlada se pone al servicio de la bestia. Estamos llamados a ejercer nuestra plena humanidad. Aquellas facultades que radican en la neocorteza, la parte más reciente de nuestro cerebro donde se ha desarrollado la capacidad de la empatía, del amor y de la compasión. Facultades netamente humanas con las cuales la naturaleza nos ha iluminado para asumir nuestro rol de cocreadores, protectores y albaceas del mundo.

¿Te apuntas?