El 30 de noviembre 2015 , en el marco la COP21 en París se echó a andar, lo que es para mí, la más importante iniciativa en la historia de la humanidad para enfrentar el cambio climático. Se trata del lanzamiento del esfuerzo gubernamental llamado “Misión Innovación” que compromete a los 20 países que producen el 80% de la contaminación del mundo a duplicar su inversión para frenar el daño que están generando, aunada a la iniciativa empresarial que se llama “The breakthrough energy coalition” o sea la coalición para dar la solución definitiva al problema energético.
Y digo que es la iniciativa más importante, porque por primera vez en la historia se suman los esfuerzos públicos, académicos y privados para detener el cambio climático.
Un poco de historia.
Los esfuerzos de los gobiernos del mundo para detener el cambio climático han sido un fiasco. El problema es que se encuentran entrampados en la inercia cortoplacista de la democracia que les exige rendir cuentas “espectaculares” en el corto plazo que los llevan a descuidar o aun peor comprometer el largo plazo.
Por ejemplo, fue criminal el fracaso del tratado de Kioto y más recientemente, este año en junio, fue vergonzosa la declararon del G7, de que “siendo realistas”, para 2050, se podrá reducir la emisión de gases invernadero entre un 40 y un 70%. Y la reforma energética de México está enclavada justamente en esta dinámica, dictando que para el año 2050 se reducirá en un 50% las emisiones de CO2. El asunto es que esta cifra es insuficiente. Terriblemente insuficiente. Se requiere una estrategia no simplemente para mitigar el daño, sino para revertirlo. De acuerdo a los científicos mejor enterados sobre el tema requerimos para el año 2050 haber neutralizado la emisión de CO2, no simplemente haberla reducido a la mitad.
Y es por eso que el magnate de Microsoft, Bill Gates decidió hacer algo al respecto. Aunque el empresario tiene la exigencia de reportar buenos números cada trimestre, también tiene la exigencia de asegurar la continuidad del negocio y por lo tanto sabe que tiene que balancear el corto y el largo plazo.
¿Qué hizo Gates? Reunir a 27 de los más importantes líderes empresariales, financieros y académicos de mundo. Puso por delante mil millones de dólares y activó la coalición más poderosa de talento y dinero que ha visto la humanidad, bautizándola “The breakthrough energy coalition”.
El cúmulo de músculo financiero y de talento es impresionante. Déjenme presentarles a 8 de los 27 integrantes: Mark Zuckerberg de Facebook, Jeff Bezos de Amazon, Richard Branson de Virgin Group, Jack Ma de Alibaba Group de China y Ratan Tata del Grupo Tata de la India. Entre los financieros destacan Ray Dalio de Bridgewater Associates y George Soros. Y aunado a todo este talento está la Universidad de California de cuyas aulas han salido 61 premios Nobel. Wow!!!
Decir que estoy muy entusiasmado es quedarme corto. Esta coalición me llena de felicidad, orgullo y esperanza al seguir constatando que en el mundo hay muchos más seres humanos buenos que malos, y que juntos, cada uno desde nuestra trinchera, vamos a enfrentar y solucionar los grandes estragos que hemos ocasionado por ignorancia, egoísmo o desidia.
Entonces, ¿Qué sigue? Pues darle prisa a la integración de los dos proyectos que se presentaron en el COP21 de Paris. Por el lado gubernamental es capitalizar al máximo la iniciativa “Misión Innovación” que integra a los 20 países que generan el 80% de la contaminación y asegurar que rinda al máximo su compromiso de duplicar durante los próximos cinco años su inversión hacia el desarrollo de energías limpias. Ahora si, a diferencia del tratado de Kioto, en esta iniciativa están comprometidos Estados Unidos y China, que son los dos países que más contaminan en el mundo, aunados a otras 17 grandes naciones, incluyendo a México. Y por el lado empresarial compaginar estos esfuerzos con la visión de largo plazo del “Breakthrough Energy Coalition” y darle dientes a un esfuerzo a favor de la humanidad, que permitirá obviar un latente desastre ecológico.
Y todo esto ofrece para México una oportunidad sin precedentes. México está en el lugar correcto en el momento preciso para transformarse en una potencia de energías limpias y renovables. De acuerdo a Carlos Tornel del Centro Mexicano del Derecho Ambiental, nuestro país tiene el potencial de substituir el 93% de toda su energía por energía limpia para el año 2050. Yo iría más lejos. Yo creo que México puede substituir el 100% de su energía y volverse un centro de investigación, desarrollo y producción icónico de energía eólica, solar e hidrotérmica por su franquicia geográfica. El reto es capitalizar esta nueva coyuntura y apostarle mucho más al futuro que al pasado.
En resumen.
Es probable que este pasado 30 de noviembre de 2015 pase a la historia como el día en el cual el mundo tomó en serio el cambio climático y puso en marcha los mecanismos para enfrentarlo con decisión. Yo invito a mis amigos políticos, académicos y empresarios a sumarse a esta iniciativa de la COP21 y capitalizar esta nueva realidad para asegurar un futuro brillante para México. ¡Convirtámonos en un país de energía! Un país líder mundial en investigación, desarrollo y producción de energías sustentables. Este es nuestro momento. ¡Vamos por él!
Escucha aquí el comentario hecho en Radio Red el 9 de diciembre 2015.
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